García Castelar, Amparo: Intervención en las Cortes de Aragón (debate parlamentario)

Cortes de Aragón

DEBATE Y VOTACIÓN DE LA PROPOSICIÓN NO DE LEY NÚM. 111/01, SOBRE LA ELABORACIÓN DE UN PROYECTO DE LEY DE PROTECCIÓN Y PREVENCIÓN DE RUIDOS Y VIBRACIONES.
Legislatura: V. D.S.C.A. n.º 48 de Plenos Página: 3336
Ind. Tramitación: Proposiciones no de ley
Intervinientes: Cobos Barrio, Susana - Echeverria Gorospe, Yolanda - Costa Villamayor, Montserrat - Garcia Castelar, Amparo - Lacasa Vidal, Jesus

Habla la Diputada García Castelar

"De entre los problemas medioambientales provocados por la civilización industrial es, señorías, el ruido el primero que hizo su aparición, y su presencia está cada vez más generalizada. Sin embargo, es sólo en los últimos quince años cuando su preocupación como agente contaminante ha llevado a hacer un estudio exhaustivo. Primero y esencialmente, desde una perspectiva biomédica, en busca de esos impactos que ya se han comentado, tanto fisiológicos como psíquicos, y simultáneamente desde una perspectiva tecnológica, a la búsqueda de mecanismos tecno-económicos que permitan la reducción del ruido de los artefactos de los que nos solemos rodear los seres humanos; después, desde una perspectiva jurídica, y a la búsqueda de la definición de esos umbrales admisibles para poder elaborar esas ordenanzas locales y laborales desde una perspectiva sobre todo represiva y policial.

Nos ocupamos y nos preocupamos del ruido cuando surgen conflictos locales más o menos graves, pero el ruido es algo más que un resultado indeseable de la sociedad industrial: señorías, el ruido es un fenómeno social que enfrenta dos modelos de sociedad.

Más allá de los tópicos sobre el enfrentamiento generacional, en realidad nos encontramos frente a necesidades materiales, hábitos y normas de relación esencialmente distintos. Y hay dos grandes corrientes respecto del ruido: una que lo sataniza y otra que lo exalta. La más importante, sin duda, es la primera. Como bien decía la señora Echeverría, desde los sumerios hasta Séneca, pasando por san Agustín, encontraríamos referencias a los ruidos. Pero es en la edad moderna, al inicio de la revolución industrial, cuando percibimos una preocupación más explícita. Los moralistas, más o menos pesimistas respecto al ser humano, son capaces de decir que los hombres deben guardar silencio para no parecerse a las bestias, porque el ruido es una tortura para los intelectuales y la más impertinente de las perturbaciones. Se ha llegado incluso a decir que la cantidad de ruido que uno puede soportar sin que le moleste está en proporción inversa a su capacidad mental. En esa línea, pero en el otro extremo, el capitalismo es capaz de precisarnos aturdidos, pues de otro modo seríamos incapaces de soportar esta sociedad demencial, irracional e injusta. En unos o en otros casos está claro que el demonio para los moralistas o el capitalismo para los otros es el que produce el ruido. Es, en definitiva, el pueblo -más exactamente el populacho- el que expresa de manera insaciable el deseo por alcanzar los bienes de consumo de clases superiores o por su primitiva forma de divertirse o, simplemente, por la impenitente costumbre que tiene el pueblo de organizar revoluciones y algaradas. Por el contrario, los profetas de la modernidad ven el ruido como un símbolo unívoco de progreso, y, por lo tanto, el silencio representa la muerte; el ruido nos demuestra que estamos vivos y que avanzamos."

http://bases.cortesaragon.es/bases/disca2.nsf/(ImprimeDSCA)/5AAB0F9FDBBA19DFC1256AF5005A28B7?OpenDocument

[S/F recouperado el 21/4/2017]

La Sra García Castelar cita a Séneca, pero no a quien recogía a Séneca. Se plagia una página entera sin citar mi autoría, ni tampoco a Schopenhauer, del que yo recogía una frase (buscando la cual, doy con ésto). Bien si el plagio sirve para mejorar el discurso político, pero jeta, la misma.



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